¡Madrid, mi Madrid de mis amores...!
Y tú sabes lo que te digo. Lo que
me costó quererte. ¡Qué, no, qué no eres una tía fácil, ¡qué va! Tú señorial, tú multicultural, tan castiza y tan mezclada. De
vecinos de corrala y barrios pijos. Madrid, mi Madrid de familia y
parques, caminatas, tu casa, la mía, las mudanzas. Cajas abiertas,
cerradas y ¡ala!, a moverlas de nuevo por tus venas de asfalto.
Madrid que derrites en verano y congelas en invierno. Tus contrastes, aprendí amar como dragones plateados en las
crestas de las olas. Madrid de primavera que aquí nos trajo, y otoño
que nos ve partir.
Madrid, tan mía, tan llena. ¡Oh, mi Madrid! extrañaré tus calles, tu movimiento, tus dientes
casi inocentes, y sobre todo tu gente, que son mi familia
y amigos. Cuídalos Madrid, cuando ya no esté. Susúrrales que los quiero, en los juegos del
parque cuando ellos más rían, o en los bares que tantos vinos
tomé, diles al oído que siempre los recuerdo.
Sueños Madrid, que tejimos en las
calles surcadas de caminatas, risas, llantos. Te extrañaré y no serás la única, nunca lo fuiste. Ninguna lo es. Ni mi adorado D.F, ni mi natal Mardel, tampoco mi
amante arisca, Baires, ninguna estará alejada de mis sueños y
pesquisas, ni de mis aciertos o desalientos literarios. Todas vienen conmigo, como sabias amigas acompañan al nuevo destino:
Lima. Lima, la linda -todavía no hemos sido presentadas- cierto es,
sin embargo vamos hablando... y sospecho que nos gustaremos. ¡Sí que
sí, señorita de acantilados y azul profundo del mar! A ti, que eres
amada por una hermana, hija de tu tierra, a ti te lo digo Lima,
llegaremos a tu cielo siendo un triángulo de fuerzas que convergen y
gravitan en armonía y amor. Mi familia. Tres. Todo por escribir en tu piel, pediré permiso para alocar tus
cabellos y rodearte por la cintura y alzarte por el aire.
Solicitaré tu licencia hasta hacernos nuestras y entonces... después buscaré
tu pícara complicidad. Comprendo que lo sabes, el respeto es universal.
Lima de mis deseos,
recíbenos como nosotros vamos a ti: con amor, alegría y sueños...
el resto, que sea el piscosouer, el tiempo y los ojos mágicos que
los que nos guíen. ¡A vivir!
¡Gracias a cada uno de vosotros por
hacer de nuestro camino, una vida especial!
¡Los quiero muchísimo! Siempre.
¡Nos vemos en el Perú!